Donde hay amor no hay esfuerzo

miércoles, 29 de octubre de 2008

Nit de Tots Sants




Se acabaron las clases y ya todo son recuerdos y semillas que germinarán con el paso del tiempo. Tengo la impresión de haber hecho un viaje muy largo hacia el interior de mi misma y nunca había visto tantos paisajes diferentes, y nunca había conocido a gente tan hermosa.

Última semana de clases




La música como siempre ha sido mi compañera de fatigas. Me levantaba, me arropaba o me tranquilizaba. Esta es mi música en estos dos meses en el desierto.

My core mood




Robert ha sido mi Santa Claus, y me ha llenado de regalos. Un maestro, con todas las letras y una persona sencilla, que mostraba su brillante energía y sus contraluces sin complejos. Su camino inspira y da fuerzas para seguir el propio. Infinitas gracias

Y a tanta gente, tantos hermanos y hermanas que han venido ha saludarme de nuevo y han iluminado mi camino. Os adoro. Adoro vuestra belleza.



ROSTROS


Aquí estoy, esperando a que llegue la hora de coger el vuelo hacia México. En una noche que es Halloween, Noche de los Muertos y Tots Sants. Después de una fiesta de despedida de la gente que me ha acompañado en esta andadura, a traspasar el umbral de la puerta del segundo anillo, ahora tengo que seguir sola. Pero todos sabemos que nunca estamos solos en realidad, estamos solos pero no lo estamos al mismo tiempo. La aparente paradoja se disuelve. No existe división porque en realidad nunca nos separamos de la fuente. Es nuestro desatino controlado el pensar que estamos solos. Sólo así podemos realizar nuestra acción en la tierra.
Mi desatino será pensar que vuelvo a Vallarta y comienzo una nueva etapa, aunque sé que siempre estoy en una nueva y vieja etapa al mismo tiempo. No importa, un nuevo día y debo seguir aprendiendo. Un nuevo amanecer y estoy aquí, sigo aquí.
Infinitas gracias

miércoles, 15 de octubre de 2008

La experiencia del Quantum

Al terminar la clase sentí un zumbido en el mismo centro del cerebro. ¿Qué me ocurría? Es como si faltara una pieza dentro y lo sentía extraño, no usaba el mismo proceso lineal para seguir un pensamiento. Esa sensación me aturdía. A la vez sabía que el cerebro deseaba ese cambio y era más versátil pero tenía que acostumbrarme a esa nueva forma de procesar.
El percibir con mis dedos cómo el cuerpo de Miguel cambiaba según mi enfoque, según mi intención, me dejó en blanco y me quedé suspendida. Se acercó Robert y me preguntó si me encontraba bien, le dije que sí pero tuve que preguntarle "Esto es una convención, no es real, ¿Verdad?" y me contestó con dos preguntas "¿Lo percibes? ¿Lo puedes palpar?" "Sí" contesté. "Pues es real". Me sentí el más estrecho de miras de los Castanedas posibles y me abrumó la rotundidad y veracidad de la respuesta de mi "don Juan"

Después de clase me tuve que ir directamente a mi habitación. Encerrarme y estar simplemente conmigo. Era incapaz de hacer nada más.
Necesita tiempo para acostumbrarme a esa nueva forma de percibir el mundo, de experimentar el quantum. Y de recordar mis experiencias con el quantum durante toda mi vida. Traerlas a la luz de la consciencia.


Jemez Trip

Nuestra idea era dejarnos llevar por el día que amaneció fresco pero soleado. Sentir el paisaje y disfrutar de unas termas naturales. Laurie conocía unas termas pero no recordaba muy bien el camino, así que nos fuimos con algunas indicaciones de un amigo suyo y nos pusimos en marcha.
Me encontraba bien, pero a medida que nos adentrábamos en el paisaje e iba viendo como se deslizaba por la ventanilla del coche, fue embargándome una nostalgia muy profunda. Intenté obviarla porque no estaba sola y centrarme en la tierra roja de la Jemez Reservation. Pero el estar caminando y sintiendo la tierra me hizo acusar aún más la tristeza, hasta que no pude más y tuve que romper en sollozos inconsolables.
Laurie calló respetuosamente y me dejó sola un buen rato.



Esos paisajes me trajeron recuerdos del castanedasway, de ese vivir constantemente en la naturaleza, hacerlo todo de cara a la tierra. Echaba de menos eso, muchísimo. Viajar por el paisaje, sentir la tierra constantemente. Y los recuerdos trajeron pensamientos sombríos. Ya no podría estar viajando así, de esa manera, perdí al compañero con el que vivía estas cosas de una forma hermosa...

A medida que el día avanzaba, las lágrimas dejaron de derramarse y pude ver que eran tiempos felices, que ya no volverán, que forman parte del pasado. Mis pensamientos se fueron iluminando. Puedo volver a vivir así, a viajar así, sola. Si antes lo hacía, por qué no ahora. Sólo tengo que escuchar la necesidad del momento. Este momento me dice que ahora tengo que estar aquí, aparentemente sin movimientos. También apareció la claridad de saber que todo quedó atrás. Se perdió mucho en el camino, no era gratis este tránsito pero quedó atrás. Y yo no quiero volver atrás.
Lentamente a medida que buscábamos esas termas, íbamos recorriendo un paisaje pacificador que iba transformando mi estado de ánimo en una tranquila serenidad.

No encontramos esas termas y tomamos el camino de vuelta.
Antes paramos en el templo budista de Jemez aunque el letrero de la entrada rezaba "cerrado al público". Entramos igualmente y no sé qué pasó porque Laurie se puso a hablar con un monje sobre las actividades que tenían próximamente y el hombre nos invitó a las termas privadas del templo, sin decir nosotras palabra.
Así que finalmente pudimos disfrutar de un baño en las termas a diferentes temperaturas. El sitio era precioso con un pequeño río donde te remojabas al final del baño caliente. Allí vimos el atardecer y me percaté de que estaba viajando, que estaba viviendo la magia que tiene el viaje con vida propia y que si te dejas fluir te va dando sus regalos, como era aquél.



Volvimos a casa no sin antes parar para ver nuestro segundo atardecer frente a esas paredes rojas como testigos de nuestro día fabuloso. Ya en casa nos preparamos un latte calentito y nos maravillamos del día tan mágico que habíamos disfrutado.

Por mi parte me fui feliz a la cama, sabiendo que la vida te provee constantemente de lo que necesitas, y doy gracias por ello infinitamente.


¡Gracias!



La danza de la alegría

Después de la práctica con Bethany, me sentí muy aliviada, como si me hubieran quitado un peso de encima. Ella se percató y me preguntó que había encontrado mucha desincronización en la zona del pecho, el elemento aire. No quería ser entrometida pero se interesó por mi situación. Yo no había compartido con mucha gente mi situacion personal y le expliqué una perqueña versión de mis meses en puerto Vallarta, y los antecedentes de mi vida. Mientras le explicaba, en el mismo momento en el que expresé el amor que sentía mi corazón una nube de mariposas me envolvió y nos quedamos estupefactas.
Nos dimos cuenta que vivían en un árbol y justo en ese momento me rodearon con su magia. Una de ellas se alojó en el centro de mi pecho y sigue ahí.
Recordé que la mariposa es símbolo de transformación, de alegría. No olvidaré ese momento, no olvidaré que la alegría es la que tiene que marcar mi paso. Es alegría el poder sentir amor en mi corazón, eso es motivo de alegría y tiene que inspirar mi danza.






En clase no he experimentado más vértigos, se va transformando mi percepción a medida que experimento que lo que palpan mis dedos es la realidad, pero mi intención cambia esa realidad, y puedo percibir los cambios. También puedo decidir en qué punto me situo para ver/palpar esa realidad y llegar a rincones pequeños o a perspectivas amplias.
No cuestiono nada, estas percepciones tampoco me cuestionan nada de mi esencia. Dejo mi mente a un lado. Y sigo experimentado el quantum.


Petroglyphs National Monument

La luna llena de octubre pasaba por Aries y tuve la suerte de ir al Petroglyphs National Monument, muy cerca de la ciudad. Allí Laurie compartió conmigo un rincón de poder para ver la luna esa noche. Ella solía vivir allí pero hace años expropiaron la zona para crear este "national monument".
La tierra vibraba y mientras caminabas podías ver restos de esos dibujos marcados en la piedra de las culturas indias de la zona.
Acurrucada en un hueco que la roca ofrecía, veía la luna. Y de nuevo a Sagitario persiguiendo a Escorpio en el horizonte.
Supe que estaba viajando, que había viajado en estos meses más que en toda mi vida con mis desplazamientos por el mundo. Esos meses en Vallarta y estos casi dos en Albuquerque me habían mostrado más paisajes que en toda mi vida. ¡Cuántos descubrimientos, cuántos tesoros, cuántas emociones! Con mi cuerpo estático, teoricamente. ¿Pero existe algo estático? Somos quantum y estamos en constante transformación y movimiento. Nuestro intento marca la diferencia.














Después del primer turno de prácticas, hicimos un descanso y me quedé sola en clase.
Aún con restos de lágrimas en las mejillas escribí todo los pensamientos que me vinieron durante la sincronización de los chacras segundo y quinto. A medida que me iban sincronizando cada elemento en esos chacras, se precipitaron mis verdades claramente.
Robert se acercó suavemente y me preguntó si todo estaba bien mientras me acariciaba entre los omóplatos. Le respondí, "Sí, iluminada".
Se me humedecieron de nuevo los ojos. Mi compañero Don, me hizo un regalo fabuloso con su forma de darme el tratamiento y me percaté de por qué me molesta la gente ruda cuando te toca, como si fueras un cuerpo y nada más y por qué me molesta también la gente que me acaricia y me soba cuando me hace un tratamiento. En realidad veo que ninguna de las actitudes es la del que escucha, uno actúa como si fuera importante hacer los pasos correctos, sin importar, un golpe, una presión demasiado fuerte o sin ver que hay algo más que carne; el otro actúa como si necesitaras mimos y cariño sin importar si es verdad. Y yo actúo como si no estuviera bien ninguna de esas actitudes y fueran incorrectas. Ese es el desatino y hoy por fin, me he dejado fluir con él, he viajado en el desatino controlado. Porque en realidad lo que percibo es que nadie me escucha, expreso mi voz y nadie actúa al respecto. Y ese es mi desatino personal. He experimentado un silencio por parte de mi voz durante mi vida porque sentía que nadie me escuchaba.

Pero la voz expresada no se puede obviar, es fuerte y clara. Y no depende de si un receptor no la escucha aparentemente, porque, en realidad, el universo entero la escucha sin remedio. Al ver esta verdad en el quinto chacra, mis lágrimas se desbordaron porque la verdad te bendice y te libera.

Y el segundo chacra también ha querido añadir algo mientras se alineaba con el resto, ha gritado que no volverá a estar desconectado de los demás chacras. Nunca más. Siempre estará comunicándose con el resto y no se cerrará.
El amor será el que guíe esta alineación y el que la hará fuerte, el amor incondicional que estoy empezando a entreveer y que voy a permitir que me inunde el máximo de tiempo que sea capaz en mi vida. El amor que te fuerza a desconectarte, a desgarrarte en pedazos no es amor, el amor sólo puede juntarte y conectarte. Si no lo hace, tendrá que buscar otra forma de existir, de comunicarse hasta que sea armonioso entre dos personas. Hay tantos tipos de amor, tantos matices... Lo difícil es ajustar cada matiz a su realidad. De esta manera no hay confusión.
Sé que mi ser más profundo no permitirá que nadie vuelva a desmembrarme, ni siquiera la persona que más veces lo ha hecho en mi vida: yo misma.









jueves, 9 de octubre de 2008

El "Indian Summer" me saluda de nuevo

A unos cinco días antes de coger el avión para Albuquerque me encontré sin casa. Tenía que irme del estudio que renté. Al mismo tiempo, los dos espejos que mostraban mi silueta estos últimos meses también desaparecieron. Estaba sola, sin reflejos.
Por suerte no del todo. Enrique, mi confidente y compañero de charlas en estas semanas de locura me ofreció su casa para esos días. Su casa y su apoyo, aguantando el tipo frente a mis subidas y bajadas. Nunca lo agradeceré bastante. ¡Su casa era el refugio de tantas cosas! Su casa y los lattes que compartíamos en Olas Altas. El ánimo y la energía cambiaban en un instante al grito de "Vamos al café"
En esos días me encontraba en el limbo y el presente estaba más ausente que nunca. ¡Qué duro! Me abandonó y sólo encontraba el pasado y el futuro incierto. No veía el momento de coger el avión y estar ya en Albuquerque. Las imágenes del pasado me taladraban el corazón y la mente constantemente.





En el entorno laboral del Spa tuve sorpresas que por suerte se deslizaron entre las rendijas de mis prejuicios y descubrí a algún corazón honesto que me ofrecía amistad y consuelo. Fueron bálsamos para mi día a día. Había mucho trabajo en el spa y no había momento para el retiro y el desahogo de las lágrimas que muchas veces se querían desbordar. No podía dejarlas salir y se deslizaban por mis mejillas durante los masajes. Me protegía la luz tenue y los ojos cerrados de los clientes.
Algunos días era insoportable aguantar el tipo, así que cuando dejé el hotel sentí mucho alivio y aunque también tenía mucho más tiempo libre para pensar y ser presa de la ansiedad, no tenía que esconderme y podía dar rienda suelta a mis pensamientos y emociones.
Pese a que fueron las peores semanas en el Dreams, por la gente que ya no estaba, por el ambiente tenso, etc... Tuve una bonita despedida de algunas personas y buenos augurios con los gerentes del hotel.


Por fin llegó el momento. Me encontré en el aeropuerto y sentía una excitación de viaje y descubrimiento que me llenaba el alma. Una excitación salpicada de tristeza y melancolía. Esa fue la tónica de los primeros días en Albuquerque, viviendo en un motel intentando encontrar una habitación asequible, agolpándose en mi cabeza las imágenes de hace un año. Cada momento tenía una correspondencia con el pasado y la soledad sólo aparecía con la peor de sus caras.
A la vez, Albuquerque me daba la bienvenida de la mejor de las maneras, con ese sol luminoso, ese cielo azul, esas nubes que constantemente platican y los enebros. Era mi estación favorita del Southwest, "el indian summer", esa temperatura cálida durante el día y ese fresquito por la noche en el ambiente seco del desierto.
La calidez envuelve a esta ciudad, donde sus gentes te sonríen cuando te cruzas por la calle, donde el paso se vuelve tranquilo y la mirada pausada.

Encontré casa aunque no me convencía demasiado. Vivía con tres tíos bastante freakies. Bueno, vivir es demasiado decir, compartía espacio, porque siempre estaban encerrados en sus habitaciones viendo la tele y atiborrándose de cerveza. No me daba buena vibra pero tenía mi propia habitación y un cerrojo en la puerta.
Tuve mucha suerte, porque en la primera semana de clases, una compañera, Laurie, mi hada madrina, me invitó a vivir a su casa. No le importó que sólo tuviera cuatrocientos dólares para pagar un mes y medio, teniendo en cuenta que no me conocía en absoluto, ni yo a ella. Pero al proponerme una visita a su casa para decidirme, yo ya lo estaba, el sábado noche en esa casa con los freakies me ayudó y ya el domingo fui a conocer mi próxima casa.
Era de ensueño, una habitación gigante con baño propio y una casa inmensa con muy buena energía. Un jardín donde tomar el sol y Ellie, una perra con la que juegas sí o sí, sólo tiene nueve meses y cuando te ve salta de alegría sin remedio.

Me sentía como si me hubiera tocado la lotería, aún me sigo sintiendo así, es mi refugio. Siento que puedo dejarme llevar por mis cambiantes estados de ánimo y dejar fluir toda emoción que necesite salida. Llevo un mes y poco con Laurie y es una compañera fantástica. La honestidad y el respeto es constante y vamos robando momentos de interesante charla sobre todo y nada. Una mujer con una vida intensa y repleta de experiencias.
En este entorno fue fácil relajarse. Las puertas se abrieron y cómo.



LAS CLASES DE CORE



¡Qué puedo decir! Cada día me levantaba y me postraba para dar las gracias. A cada momento se me saltaban las lágrimas por estar estudiando esta técnica, Core Synchronism, que es la técnica que siempre busqué y aquí, con la persona que la creó, Robert Stevens.
La descubrí en Barcelona donde sólo pude hacer el primer nivel y mi alma estuvo ya atrapada con la idea de hacer los cinco niveles restantes.
Cuando empezábamos cada clase, nos dábamos las manos y formábamos un círculo donde siempre se me saltaba una lagrimita durante la primera semana. De hecho, el primer día cuando me dispuse a pagar la mitad del curso con mis húmedos dólares de Vallarta (todas las propinas de los generosos gringos) sintiendo que todos esas limitaciones en mi masaje y los dolores de espalda valían la pena, me crucé por primera vez con el "maestro" y al preguntarme cómo estaba mientras me acariciaba la espalda, se me saltaron las lágrimas. Pensé, "¡Uf, lo que me espera!" Cuando me volvió a dirigir la palabra me preguntaba si iba a ponerme a llorar de nuevo.
Ya después de que mi emoción se calmara un poco, empecé a moverme como pez en el agua, mis inquisiciones iban creciendo a medida que mi inglés iba cogiendo confianza, tanto, que Robert cada vez que preguntaba "Any question?" y yo le hacía el ademán de que sí, sonreía para sí, preguntándose con curiosidad qué interrogante se me cruzaría hoy por la cabeza, qué paso pondría en questión. No está acostumbrado a que le pregunten por qué decidió esta cosa u otra, pero ya sabéis que necesito entender las cosas no creérmelas porque sí. Aunque este hombre es una persona muy inteligente, que me reta constantemente el intelecto y me replantea mis ideas sobre la curación y el movimiento de la energía. Me encanta, porque es un hombre muy intelectual pero a la vez muy espiritual. Con un humor fino e irónico que redondea con una personalidad cariñosa a la que notas muy cerca si la necesitas y a la vez respetuosamente distante.
Fue una primera semana increíble, rodeada de personas hermosas donde era un placer discutir, preguntar, aprender en definitiva. Todos eran profesionales pero se respiraba un ambiente limpio y humilde en aprender lo máximo de todos.



A partir de esa semana todo cambió en mí.
Me propuse hacer una limpieza física, mental y emocional. Hice un ayuno de cinco días combinado con unas esencias florales que el mismo Robert hacía y fueron unas dos semanas de constante depuración a todos los niveles. Un día estaba serena, al otro llorando por las esquinas, otro con una alegría y un optimismo que se desbordaba, hasta que lentamente noté como mi voz interna seguía con un volumen alto y la mente y el corazón se iban alineando con ella muy lentamente pero muy firmemente hasta ser una misma línea, el core.

Mientras esto ocurría, la gente me brindaba su belleza y yo iba sacando la mía, poco a poco, algo se estaba abriendo en mí y cada vez me era más fácil abordar mi inconsciente y cruzar al otro lado, al segundo anillo de poder.
Los miedos que me acompañaron toda la vida se esfumaban y crecía una confianza plena de que todo encajaba, me sentía contínuamente acompañada de mis guías y la gente me hablaba con franqueza de esas imágenes del otro lado.
Gente del pasado que volvía a iluminar un trozo del camino del presente. Miguel con su amistad franca, sin límites; Laurie con su comprensión y su humildad; Allyson, la escocesa que hace dos años vino aquí a estudiar y le cambió la vida, fue una cómplice de mis andaduras sentimentales; Alex, un joven hermoso de alma vieja con el que pude bailar contact en el parque y me acompañó en unos de los tratamientos más emotivos que experimenté; Elisabeth, una dulzura de persona y la promesa de futuras danzas juntas; Enai, un tipo enraizado que me ilumina y me guía por mi senda de autoconfianza en la curación y Ellen, que siempre me apoyó para venir aquí, con sus continuos emails de ánimo desde que pasé por primera vez por Albuquerque.
Y otras caras que me acogían y me acompañan en este proceso de aprender a escuchar mi voz en el segundo anillo de poder y andar con confianza, aceptando lo que venga y dudando lo justo para seguir el paso.

Estoy muy esperanzada y llena de alegría porque esta tierra es mi casa y me recuerda que todo está dentro de mí y me ayuda a irlo sacando, agrandando mi visión, mi percepción.

Aún sigo en el descanso entre cursos, en pocos días comienzo la segunda parte, los tres niveles restantes y me siento expectante porque ésto sólo es el principio.


LIBRE