lunes, 28 de septiembre de 2009
sábado, 12 de septiembre de 2009
un agosto hermoso y un septiembre...
Este agosto ha sido eterno, cada día era un mundo de sucesos internos o externos que lo hacían único. Ha sido maravilloso pero contrariamente a como suele suceder no ha pasado volando el tiempo, se ha detenido tantas veces!
Muchas cosas han sucedido o se han asentado. Gentes de mi cotidianidad que siguen transitando, nuevas personas con nuevos colores, personas ya conocidas con nuevas propuestas, la presencia de mi madre, la visita de una muy buena amiga, y la despedida de la persona más importante para mí en Vallarta.
Son retazos de vida que aún no han reposado, lo harán en septiembre, el mes de más calor y humedad, de clima más agitado y el más tranquilo en Vallarta. Que para mí se muestra como una incertidumbre total.
Aquí Wenceslao, un defeño que regenta con su esposa Pati el Oro Verde, donde sirven el mejor café de Vallarta. El lo tuesta, lo muele y lo vende. Allí compro mi café y me deleito con su plática, sus canciones de son jarocho y sus amigos que se dejan caer.

Ceci vino a México y pasó muchos días conmigo en mi refugio de luz y aire. Con ella estuvimos disfrutando de su familia, Sus padres, su hermana Emma, su tía Gabi, su prima Andrea... Mi casa estuvo transitada de muchos rostros y momentos de plenitud hermosos.

Mi espacio de meditación se agranda y ocupa mucho más espacio que antes, compartiéndolo con personas realmente especiales.

Víctor, el espejo más duro y más cálido, se marcha durante un tiempo a realizar sus sueños y yo me siento feliz de verlo tan cercano y en paz. Nuestro encuentro en Vallarta ha sido un regalo compartido que, después de mucho aprendizaje, nos deja en nuestras bocas el dulce sabor de la gratitud. En breve comenzarán a materializarse algunos de los míos y nuestra despedida augura nuevos encuentros en nuevos lugares.

Mi vertiente artística se mostró en el hotel Dreams y muchos quedaron sorprendidos de quién era yo, qué hacía y qué música era aquélla. Ha sido el pistoletazo de salida de otros proyectos con más o menos fundamento.
No lo sé, sólo sé que en mi tobillo está el recordatorio de las emanaciones del águila, allá a donde me dirijo.
De momento abro los brazos lo máximo que puedo para dar la bienvenida al otoño más incierto de mi vida

Muchas cosas han sucedido o se han asentado. Gentes de mi cotidianidad que siguen transitando, nuevas personas con nuevos colores, personas ya conocidas con nuevas propuestas, la presencia de mi madre, la visita de una muy buena amiga, y la despedida de la persona más importante para mí en Vallarta.
Son retazos de vida que aún no han reposado, lo harán en septiembre, el mes de más calor y humedad, de clima más agitado y el más tranquilo en Vallarta. Que para mí se muestra como una incertidumbre total.
Aquí Wenceslao, un defeño que regenta con su esposa Pati el Oro Verde, donde sirven el mejor café de Vallarta. El lo tuesta, lo muele y lo vende. Allí compro mi café y me deleito con su plática, sus canciones de son jarocho y sus amigos que se dejan caer.
Ceci vino a México y pasó muchos días conmigo en mi refugio de luz y aire. Con ella estuvimos disfrutando de su familia, Sus padres, su hermana Emma, su tía Gabi, su prima Andrea... Mi casa estuvo transitada de muchos rostros y momentos de plenitud hermosos.
Mi espacio de meditación se agranda y ocupa mucho más espacio que antes, compartiéndolo con personas realmente especiales.
Víctor, el espejo más duro y más cálido, se marcha durante un tiempo a realizar sus sueños y yo me siento feliz de verlo tan cercano y en paz. Nuestro encuentro en Vallarta ha sido un regalo compartido que, después de mucho aprendizaje, nos deja en nuestras bocas el dulce sabor de la gratitud. En breve comenzarán a materializarse algunos de los míos y nuestra despedida augura nuevos encuentros en nuevos lugares.
Mi vertiente artística se mostró en el hotel Dreams y muchos quedaron sorprendidos de quién era yo, qué hacía y qué música era aquélla. Ha sido el pistoletazo de salida de otros proyectos con más o menos fundamento.
No lo sé, sólo sé que en mi tobillo está el recordatorio de las emanaciones del águila, allá a donde me dirijo.
De momento abro los brazos lo máximo que puedo para dar la bienvenida al otoño más incierto de mi vida
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Agosto2009 |
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