Para los que me conocen bien, os diré que la música que me acompañaba en este tiempo era Ben Watt y su Buzzin' fly y la lectura principal El Don del Águila de Carlos Castaneda.
Ahí queda eso.
Me parece un buen momento escribir después de transitar el equinocio de primavera y celebrarlo con un rico temazcal el Ixtapa. Mi segundo temazcal en Vallarta.
Gracias a Javier y sus minerales en una pequeña feria esotérica celebrada en el centro, pude conocer a la gente que vive intensamente la mexicanidad en el área y me invitaron a un temazcal. Gracias a estas celebraciones he conocido un lugar donde la purificación me es accesible cada luna llena y nueva. Supongo que con el tiempo podré hablar más de estas personas que aún no conozco aunque si haya probado su hospitalidad y generosidad conmigo. Éste es el lado místico de Vallarta que más ha calado en mí.
Han aparecido más situaciones pero no han entrado tanto en mi interior. Como por ejemplo el Satsang de la senda espiritual Surat Shabda Yoga, que es la senda espiritual de mi profesor de Core, Robert Stevens, la cual conocí a través de él y otras personas y lecturas que cayeron en mis manos mediante Víctor.
En el Hotel Dreams

"El lago está vacío, agotado. Los importantes se ven oprimidos por los de baja condición. De esta manera, toca esperar tiempos mejores, una espera en la cual soportaremos la opresión manteniéndonos interiormente fuertes a nuestra verdad interior aunque exteriormente tengamos que doblegarnos como lo hacen los juncos ante los vendavales. Cuando el vendaval pase el junco se levanta porque aunque se ha doblado ante la adversidad nunca se deja romper interiormente, siempre conserva su naturaleza original, nunca deja de ser un junco."
El I ching me decía esto una mañana y esa imagen es la que se respira en el Spa últimamente. La injusticia y la falsedad reinan desde arriba y abajo nace una complicidad y una confianza que hacen sentirme afortunada de compartir este momento con gente tan especial. La revolución en este pequeño rincón del Hotel Dreams, se está gestando, con paciencia y veremos si rompe la situación actual. De momento me centro en el trabajo y ese espacio-tiempo que es único, cuando saludas a un huésped y lo tumbas en la camilla. Esos momentos son mágicos y ya empiezo a ver rostros familiares de la pasada temporada. ¡Ya llevo un año en Vallarta!
Y eso me hace recordar cuando llegué y todo lo acontecido aquí en ese año.
Los Sres. Amado, mis abuelos adoptivos
También en febrero llegó una nueva compañera que estuvo apenas dos meses, Uta. Alemana afincada hace trece años en Mallorca, una fiestera que no la sacabas de la Bodeguita del Medio e Hilo, dos antros de Vallarta.
Nos llamaban las gemelas ¿?
Fuera del Hotel
Diversos rostros se han ido apareciendo estos meses, algunos fugaces y otros más estables. Javier y sus minerales, con el que tuve dos bonitas charlas existenciales, espirituales y que espero ver en el próximo mercadillo esotérico. Wenceslao, un defeño que regenta junto a su mujer Pati el Oro Verde, un café muy agradable donde se dedica, según sus palabras a difundir el gusto por el buen café en México, y que se ha convertido en mi primer cliente fijo fuera del hotel. Jorge, el alicantino con rastas que conocí al llegar aquí y que sigue trabajando en el Malafama con sus personajes. Pierre y Romain, unos franceses de Normandía que están trabajando en el Dreams con una práctica, Julio y Paty compañeros y ahora amigos que me apoyan en mis recaídas de ilusión y las personas que hay detrás de algunos mostradores de los negocios de mi barrio con historias curiosas que van apareciendo en esta Vallarta cada vez más familiar y chica.
El corazón late con fuerza entre delirios y sensatez, entre comicidad y seriedad, entre intensidad y levedad. Late y está más vivo que nunca, más ilimitado y más liviano. Aprendiendo a soltar lastre y a mirar hacia el horizonte con esperanza, pese a las pérdidas vividas.
El mar y las ballenas que inundan todo febrero con su energía. Quería pasar una mañana con ellas y no sólo conseguí navegar en una pequeña panga con don Roberto y estar con ellas sino que muchas mañanas y tardes haciendo masajes en la terraza del Dreams, se paseaban delante nuestro. Un día vi un salto tan vibrante, que me dejó helada, con las lágrimas desbordándose por mi rostro de la emoción. Ese día no sé cómo acabé el masaje.
Entre una cosa y otra, cada día intento trabajar para poder aprender acrobacias con Itzel y Rodrigo. La fuerza y la elasticidad van ganando terreno y van disolviendo mis miedos.
Mientras tanto, me relamo viendo a mis profes en acción.
Un año en Vallarta
¿Qué tiene Vallarta? ¿Quéreis saber por qué sigo aquí?
Hay gente que me ha dicho que nada más llegar se enamoraron de Vallarta, que es el paraiso. Yo nunca sentí nada parecido. Me gusta Vallarta, me siento a gusto. Mi Vallarta tiene mucho de mar, de espacio, de viento, de libertad.
Pero no sólo de naturaleza y solitud vive el ser humano, ¿verdad?
Todas las fotos y los detalles
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La resaca del 2008 y la primera borrachera del 2009 |