sábado, 20 de marzo de 2010
sábado, 13 de marzo de 2010
two weeks in Albuquerque
Solo dos semanitas y ya he vivido un invierno con nieve y una primavera que ya apunta tímidamente su entrada.
En casa de mi amigo Mike, me siento en mi propia casa. Toda la planta baja es mi casita, una habitación gigante con su baño. Vamos calentando motores en este curso que promete mucho. Mucho trabajo y mucho conocimiento. Mucha sanación también.
Cuando acabo la larga jornada, la casa de Mike me da calor y tranquilidad. A la vez con Mike estamos descubriendo nuevos mundos que compartir y ya no sé qué es lo que me está enseñando más, si la escuela o la convivencia con Mike. Nuestras conversaciones, nuestros tratamientos y nuestros guías. Nuevos proyectos que surgen y se van consolidando. Sabía que mucho me esperaba en Alburquerque.
En casa de mi amigo Mike, me siento en mi propia casa. Toda la planta baja es mi casita, una habitación gigante con su baño. Vamos calentando motores en este curso que promete mucho. Mucho trabajo y mucho conocimiento. Mucha sanación también.
Cuando acabo la larga jornada, la casa de Mike me da calor y tranquilidad. A la vez con Mike estamos descubriendo nuevos mundos que compartir y ya no sé qué es lo que me está enseñando más, si la escuela o la convivencia con Mike. Nuestras conversaciones, nuestros tratamientos y nuestros guías. Nuevos proyectos que surgen y se van consolidando. Sabía que mucho me esperaba en Alburquerque.
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six months in alburquerque |
sábado, 6 de marzo de 2010
Pérdidamente enamorada de Playa del Carmen
Llegué a Albuquerque hace una semana. Este es mi primer fin de semana aquí, y al fin, puedo respirar un poco después de adaptarme a un nuevo clima, diferente altura, empezar las clases, a una nueva casa, ciudad y cultura tan diferente a México y echar mis raicillas de nuevo en la tierra para sentirme enraizada, después de tantos vuelos, tantos lugares diferentes desde el pasado noviembre.
Voy a estar seis meses aproximadamente y me siento feliz y afortunada de haber llegado hasta aquí, con mi esfuerzo, mi fe y la ayuda de tantas personas hermosas que me han echado la mano, con apoyo moral, económico y tanto amor.
Al fin soy capaz de recibir los regalos de mis hermanos, sin sentirme en deuda, sin sentir que no lo merezco. En resumen eso ha sido mi estancia en Playa, una y otra vez, recibir, recibir y recibir, sin dar nada a cambio. Una gran enseñanza y aún sigue siendo aprendizaje aquí en Albu, donde puedo estar gracias al apoyo de la escuela y de mis amigos y familia.
Nada más llegar a Playa, el universo quiso que me encontrara con Víctor, un hermano de Vallarta, pero su rechazo fue tan devastador que nos ha llevado por diferentes caminos. Me dio su último regalo. Me llevó a unas cabañas que se llaman La Ruina y fue el lugar donde aterricé hace 17 años cuando llegué al caribe por primera vez.
Todo era diferente entonces, puras palapas y mar, apenas había ciudad. Ahora, es una ciudad cosmopolita con mucho europeo y mexicanos de diferentes sitios del país. Mucha vida artística, mucho movimiento, mucha energía pacífica y emprendedora.
En las cabañas conocí a la propietaria, Claribel y su familia. El mismo día tuve la oportunidad de conocer a su mamá, que estaba muy enferma y poder acompañarla durante quince días en el viaje más importante que puede hacer un ser humano, hacia el trascender de este mundo.
Fue una experiencia increible y bonita donde conocí muy de cerca a Claribel y nos convertimos en amigas/hermanas, a su familia y a diferentes personas que vivían o trabajaban en las cabañas. Como Gregorio, un chamán defeño en su camino de conocimiento; Eric, un ser hermoso, músico y masajista que vive en las cabañas; Frank, el hijo de Claribel y otras personas.
Todos me dieron lecciones de humildad, de servicio a los demás, de generosidad, de aprender a recibir, de aprender a dar sin esperar resultados, sin pensar en los objetivos. Mi camino se ha vuelto diáfano, mi sanación más honesta y conectada a la fuente, de donde viene en realidad.
Mis canales se van limpiando poco a poco de residuos de otras vidas, de recuerdos tóxicos de ésta y van despedazando viejos patrones en mi mente, en mi corazón, en mi vientre... Patrones que dificultaban mi caminar en el presente de este continente efervescente y lleno de fe. Ahora sé más que nunca que mi lugar está aquí, en este pedazito del continente, México y el ex-México(sudoeste de Estados Unidos). Al menos por un tiempo...
Las cabañas me llevaron a conocer a personas y vivir experiencias preciosas, como lugares donde trabajar en la forma que me hace sentir bien, hermanos que siguen el mismo camino y te van guiando. Conocí un centro holístico donde poder hacer mis tratamientos a mi manera, donde dar clases de danza, Koko-peli, que lo regenta Liuska, una venezolana hermosa y una hermana más en el camino. Pude trabajar en el Fusion, bailando belly dance, tres veces por semana y disfrutar de su ambiente.
Daba masajes y tratamientos en las cabañas y en el cuartito que me prestó mi exjefe Pedro.
Y disfrutaba de buena música en directo con muy buen nivel.
Al conocer a Eric, conecté con Changa Sound, el resto de la banda que me hicieron sentir en casa de inmediato, buena onda y viejos recuerdos de Cosmic Grass, conviviendo lo máximo que podía con ellos.
Algo de mi danza en el fusion y un poquito del ambiente que se respiraba después, con mi amiga Rosita, de Vallarta que se aventuró a Playa una año antes.
Mi viaje con los Changa sound y su buena onda.
más changa sound
Vine aquí porque algo inexplicable me jalaba con fuerza, y mi mente empezó a crear razones lógicas para hacer razonable este viaje hacia lo desconocido.
No pude ganar dinero líquido. Nunca pude trabajar en el hotel, a pesar del esfuerzo de mi exjefe, y las dos veces que fui sentí "esto es una cárcel, esto es una cárcel" y me alegro de que el universo no me dejara trabajar allá, pese al esfuerzo de todos. Sorprendentemente no gasté nada de mis ahorros y la abundancia material, espiritual, creativa-sexual, emocional e intelectual fue tan extensa que nada más puedo decir, gracias y gracias, Maha Laxhmi.
No sé si es el lugar más bonito del mundo, pero Playa y yo tenemos química y me abrazó en cuanto llegué. Vallarta la tengo en el corazón, la amo y la veo tan hermosa.... Pero ahora siento que mi lugar después de estar en mi refugio energético, Albu, será Playa. Volveré allá a seguir transitando por el segundo anillo de poder, que cada vez está más cerca y se revela con menos contradicción con el primer anillo.
Así me despedí de Puerto Vallarta y mis amigos, pero con la sorpresa que Rocío y Omar vendrán al caribe en octubre, en las fechas que yo también llegaré. Con la Paca, que ya no se llama así, sino Imix. No podría tener mejor propietarios y mejor aprendices de todo lo que ella es capaz de enseñar y que nos enseñó a mí y a Xavi en su momento.
Quisiera acabar con una cita de Robert Stevens, uno de mis maestros, "la salud es la consciencia en el ser del amor incondicional" Para eso estoy aquí para seguir sanando en esta tierra hermosa.
Voy a estar seis meses aproximadamente y me siento feliz y afortunada de haber llegado hasta aquí, con mi esfuerzo, mi fe y la ayuda de tantas personas hermosas que me han echado la mano, con apoyo moral, económico y tanto amor.
Al fin soy capaz de recibir los regalos de mis hermanos, sin sentirme en deuda, sin sentir que no lo merezco. En resumen eso ha sido mi estancia en Playa, una y otra vez, recibir, recibir y recibir, sin dar nada a cambio. Una gran enseñanza y aún sigue siendo aprendizaje aquí en Albu, donde puedo estar gracias al apoyo de la escuela y de mis amigos y familia.
Nada más llegar a Playa, el universo quiso que me encontrara con Víctor, un hermano de Vallarta, pero su rechazo fue tan devastador que nos ha llevado por diferentes caminos. Me dio su último regalo. Me llevó a unas cabañas que se llaman La Ruina y fue el lugar donde aterricé hace 17 años cuando llegué al caribe por primera vez.
Todo era diferente entonces, puras palapas y mar, apenas había ciudad. Ahora, es una ciudad cosmopolita con mucho europeo y mexicanos de diferentes sitios del país. Mucha vida artística, mucho movimiento, mucha energía pacífica y emprendedora.
En las cabañas conocí a la propietaria, Claribel y su familia. El mismo día tuve la oportunidad de conocer a su mamá, que estaba muy enferma y poder acompañarla durante quince días en el viaje más importante que puede hacer un ser humano, hacia el trascender de este mundo.
Fue una experiencia increible y bonita donde conocí muy de cerca a Claribel y nos convertimos en amigas/hermanas, a su familia y a diferentes personas que vivían o trabajaban en las cabañas. Como Gregorio, un chamán defeño en su camino de conocimiento; Eric, un ser hermoso, músico y masajista que vive en las cabañas; Frank, el hijo de Claribel y otras personas.
Todos me dieron lecciones de humildad, de servicio a los demás, de generosidad, de aprender a recibir, de aprender a dar sin esperar resultados, sin pensar en los objetivos. Mi camino se ha vuelto diáfano, mi sanación más honesta y conectada a la fuente, de donde viene en realidad.
Mis canales se van limpiando poco a poco de residuos de otras vidas, de recuerdos tóxicos de ésta y van despedazando viejos patrones en mi mente, en mi corazón, en mi vientre... Patrones que dificultaban mi caminar en el presente de este continente efervescente y lleno de fe. Ahora sé más que nunca que mi lugar está aquí, en este pedazito del continente, México y el ex-México(sudoeste de Estados Unidos). Al menos por un tiempo...
Las cabañas me llevaron a conocer a personas y vivir experiencias preciosas, como lugares donde trabajar en la forma que me hace sentir bien, hermanos que siguen el mismo camino y te van guiando. Conocí un centro holístico donde poder hacer mis tratamientos a mi manera, donde dar clases de danza, Koko-peli, que lo regenta Liuska, una venezolana hermosa y una hermana más en el camino. Pude trabajar en el Fusion, bailando belly dance, tres veces por semana y disfrutar de su ambiente.
Daba masajes y tratamientos en las cabañas y en el cuartito que me prestó mi exjefe Pedro.
Y disfrutaba de buena música en directo con muy buen nivel.
Al conocer a Eric, conecté con Changa Sound, el resto de la banda que me hicieron sentir en casa de inmediato, buena onda y viejos recuerdos de Cosmic Grass, conviviendo lo máximo que podía con ellos.
Algo de mi danza en el fusion y un poquito del ambiente que se respiraba después, con mi amiga Rosita, de Vallarta que se aventuró a Playa una año antes.
Mi viaje con los Changa sound y su buena onda.
más changa sound
Vine aquí porque algo inexplicable me jalaba con fuerza, y mi mente empezó a crear razones lógicas para hacer razonable este viaje hacia lo desconocido.
No pude ganar dinero líquido. Nunca pude trabajar en el hotel, a pesar del esfuerzo de mi exjefe, y las dos veces que fui sentí "esto es una cárcel, esto es una cárcel" y me alegro de que el universo no me dejara trabajar allá, pese al esfuerzo de todos. Sorprendentemente no gasté nada de mis ahorros y la abundancia material, espiritual, creativa-sexual, emocional e intelectual fue tan extensa que nada más puedo decir, gracias y gracias, Maha Laxhmi.
No sé si es el lugar más bonito del mundo, pero Playa y yo tenemos química y me abrazó en cuanto llegué. Vallarta la tengo en el corazón, la amo y la veo tan hermosa.... Pero ahora siento que mi lugar después de estar en mi refugio energético, Albu, será Playa. Volveré allá a seguir transitando por el segundo anillo de poder, que cada vez está más cerca y se revela con menos contradicción con el primer anillo.
Así me despedí de Puerto Vallarta y mis amigos, pero con la sorpresa que Rocío y Omar vendrán al caribe en octubre, en las fechas que yo también llegaré. Con la Paca, que ya no se llama así, sino Imix. No podría tener mejor propietarios y mejor aprendices de todo lo que ella es capaz de enseñar y que nos enseñó a mí y a Xavi en su momento.
Quisiera acabar con una cita de Robert Stevens, uno de mis maestros, "la salud es la consciencia en el ser del amor incondicional" Para eso estoy aquí para seguir sanando en esta tierra hermosa.
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playa del carmen enero/febrero 2010 |
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