Donde hay amor no hay esfuerzo

domingo, 26 de agosto de 2012

Llegaron las certezas.
La primera. Estoy en el lugar correcto.
La segunda. El mundo está en mi corazón.
La tercera. Todo es posible.

Sólo siento una gratitud infinitas a todos los seres que han hecho posible toda esta verdad, toda esta belleza que por fin, veo en toda su plenitud.








Mis plegarias son para que nada perturbe esa visión, que nada me aleje de la percepción de esa verdad multidimensional, que no me quede sólo en un estrecho ángulo donde nada puede ser apreciado en toda su integridad. Dando gracias, dando gracias, dando gracias por toda esta manifestación.