Se dice "los caminos del Señor son inescrutables", lo mismo diría yo de los caminos de youtube.
Es lo más parecido a la vida, buscas algo y es imposible encontrarlo, pero otra cosa te encuentra a ti. Te envían un vídeo de mal gusto y siguiendo una mano invisible llegas a pura belleza. Buscas comicidad y te encuentras tristeza, buscas melancolía y te rescata la hilaridad. Redescubres, descubres y cubres.
No sabría describir cómo me siento, mi ignorancia es grande, quizás alguien sepa cuál es la palabra adecuada, a mí sólo me aparece en la cabeza "serenidad de vacío pleno".
Sé que suena sin sentido, pero me rindo.
Hace calor hoy, pero no como de costumbre. Es un calor amable que te va limpiando la piel y el alma. Después de diez días de trabajo, es mi primer descanso desde que volví de Barcelona y muchas cosas aparecen en mi mente.
Anoche Omar me hizo una sanación que me liberó de mucho peso, quitó parte de ese filo de espada que tengo clavado debajo de mi omóplato derecho y sentí como salía por mi brazo hacia mi muñeca, disuelta en polvo dispersándose por cada uno de mis dedos. Al despertar esta mañana pude apoyarme totalmente en mi mano derecha y sentí mucha liberación. Las palabras más sinceras e íntimas buscan salida y no les voy a cortar el paso.
Me siento triste y mis lágrimas expresan la pérdida y la frustración de no vivir sentimientos que estaban destinados a vivirse, a no poder agarrar el teléfono y decirle "marona, marona" a mi madre, de no sentir su abrazo físico. Siento ganas de preguntarle la razón de no esperarme tres meses para trascender este plano. Y sólo se me ocurre una respuesta: !porque me amaba tanto! Aún siguiendo su camino me da el mejor de los regalos, la certeza de que no hay separación entre las almas, no importan en que planos nos encontremos. Estamos más unidas que nunca en el segundo anillo y lo sé, pero el primer anillo a veces es engañoso y a veces te convence de que es lo único que existe.
Por esa razón lloro en el primer anillo y doy gracias en el segundo.
Doy gracias por la marcha de mi madre
doy gracias por el miedo y el rechazo de mi delfín-tortuga
doy gracias por la discapacidad emocional de mi padre
doy gracias por extrañar la presencia de mi escalador y compañero de viajes favorito
doy gracias por las palabras o ausencia de ellas de mis amigos
doy gracias por el miedo que me rodea constantemente con múltiples caras
doy gracias por la injusticia que me cerca cada día
doy gracias por tanto amor que el universo me entrega con cada uno de esos actos que me ponen en jaque y me muestran.
Y me muestran.
En el menos mentiroso de los espejos, en el espejo de Carroll, el espejo dentro del espejo.
Doy gracias y gracias mientras expreso una danza eterna, en mi casa, donde ya no llueve, donde corre en el momento justo una brisa que me rescata del calor más intenso. Me emociono y me siento libre.
Sé que estoy en el lugar que siempre deseé estar, despojándome de todo lo superfluo. Aún queda.
A veces me siento en una jaula, pero ésta la vi yo y desde el principio fui consciente que entraba y que me quedaba dentro. Me tranquiliza saber que decidí estar aquí, que decido estar aquí. Tengo la llave y cuando sea el momento la dejaré.
No he sido una experta en valorarme a mí misma sin echar un vistazo al exterior pero poco a poco voy llegando al conocimiento de mí misma y mis valores intrínsecos. Sé que una de las razones por la que estoy aquí es para mostrar lo oculto, lo más profundo, lo que casi siempre no es cómodo de ver, pues por esa razón está al fondo de tanta máscara. Sé que simplemente siendo, eso se muestra en las personas que me rodean y muchas no lo resisten, otras lo agradecen. Yo no lo decido, Antonia no lo decide, pero acepta que así sea, me reconcilio con lo que mi alma desea. No importa cuántas lágrimas de dolor o de alegría derrame, nada altera eso. Y con eso en mi pecho ¿Quién necesita un suelo estable que pisar? ¿Quién necesita un agarradero en algún lugar allá arriba? A veces yo misma pienso que lo necesito, pero no es cierto, no soy yo, es el miedo, el miedo a la incertidumbre, a dudar de mi fuerza.
En la sesión curativa que Xavi y yo llevamos a cabo en Monument Valley es lo que trabajábamos y aquí se está dando.
Éste es un día muy especial y se lo dedico a mis Red Hot Chili Peppers, una banda de músicos que desde hace mucho me acompañan.
Hace ya 18 años que se cruzaron por primera vez en mi camino, me encontraron en mi casa a altas horas de la noche y supe que iba ser algo muy mío.
Durante un año me salvaron día a día de la depresión más profunda. Necesitaba escuchar cada mañana su "Blood, Sugar, Sex, Magik" para levantarme. Ese disco, que es una de las maravillas de la historia de la música y que aún hoy en su escucha descubro un matiz nuevo.
Su camino me enseñó mucho, su honestidad.
Fue la razón de mi primer viaje a esta América y ya aquí el bicho me picó y no pude más que volver y volver.
Cuando Frusciante dejó el grupo, descubrí una voz que me conectaba mucho con mi sombra y me removía íntimamente. En ese camino buscando entre las sombras, casi Frusciante trasciende este plano, pero no lo hizo.
Volvió al grupo y su vuelta me llenó de una esperanza teñida de mucho pasado.
No fue lo que mi expectativa pensaba y me decepcionaron mucho. Hasta el punto de dolerme físicamente el escuchar su nueva música.
Me alejé un tiempo, pensando que ya no podía disfrutar su música pero que seguramente ellos eran más felices ahora en sus vidas.
En el día de hoy los redescubro y sé que su música siempre ha sido honesta y ha estado viva, y su directo no hace dudar de eso, nunca lo hizo.
Pero ahora soy más madura para ver que el movimiento tiene que existir, quizá el gesto es peor que el anterior pero es una transición para el siguiente y el siguiente y para miles más que llevarán en su conjunto a la pura verdad. Una eterna danza.
Danzando de un anillo al otro, de la dualidad a la unidad, moviéndome en una continua danza que sé me llevará al tercer anillo, sin prisas, sin pausas, de todas maneras toda danza te lleva a ese tercer anillo, a las emanaciones del águila.
Where I go I just don't know
I might end up somewhere in Mexico.
When I find my piece of mind...
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